Mi lenguaje de amor ❤️

De los actos de amor más valiosos para mí, se encuentra, por supuesto, el cocinar.

Cocinar es un acto que por simple naturaleza, es artistico y casi mágico. La comida emboba a quienes la prueban, y les hace desear más.

Cada que alguien me cocina, soy la persona más agradecida del mundo, las personas creerán que lo digo en constante repetición, y de manera inconsciente, pero no. Nada más lejos de la realidad. Agradezco esos minutos, e incluso horas, que alguien se toma, de manera desinteresada y sin nada a cambio, para regalar momentos de inmensa felicidad, a nosotros, los catadores.

Entonces, cuando cocino, espero exactamente lo mismo, regalar los mismos momentos de felicidad que me dieron a mi.

Arriba les muestro mi pasta a la asesina, una versión no fiel, pero bastante rica, y lo mejor, fue muy sencilla de hacer. Un pollito con textura empanizada, y una sopita de pollo de mi mamá, que a pesar de que no adoro la sopa, mentiría si dijera que la sopita de mi mamá no me gusta.

One of the most valuable acts of love for me is, of course, cooking.

Cooking is an act that, by simple nature, is artistic and almost magical. Food fascinates those who try it, and makes them want more.

Every time someone cooks for me, I am the most grateful person in the world. People will believe that I say it constantly, and unconsciously, but no. Nothing is further from reality. I am grateful for those minutes, and even hours, that someone takes, selflessly and without anything in return, to give moments of immense happiness to us, the tasters.

So, when I cook, I expect exactly the same thing, to give the same moments of happiness that they gave me.

Above I show you my killer pasta, a not faithful version, but quite delicious, and the best thing, it was very simple to make. A chicken with a breaded texture, and my mother's chicken soup, which even though I don't love soup, I would be lying if I said that I didn't like my mother's soup.